No se puede ascender si siguen en la dualidad, ya que la dualidad divide su energía, pues les obliga escoger entre un extremo y el otro y ésto impide que se tome la decisión más correcta.
Al unirse con su Yo Superior ustedes se ponen en un punto neutro y claro para poder tomar decisiones con un criterio más amplio. Esto les ayuda a tener el equilibrio perfecto para decidir. Así siguen usando su libre albedrio para decidir pero con un conocimiento unificado, dejando fuera la tormenta de emociones que puede impedir que se tome la decisión correcta.
Recurran a consultar a su Yo Superior si tienen alguna duda, éste les ayudará a despejarla.
La ayuda la tienen ahí, no tienen que buscarla en el exterior, deben buscarla en su interior. Unos minutos de meditación son suficientes para que su Yo Superior les ayude a buscar la respuesta correcta. No desesperen solos, tienen en sí mismos a su guía y consejero.
En un principio se requiere de esfuerzo para conectarse constantemente con su Yo Superior pero en la práctica, al ir aplicándolo con frecuencia, habrá tal conexión que será automática.
Eso sí, no olviden buscar la respuesta en su corazón. Anímense a hacer este ejercicio cada día y notarán cómo las respuestas llegan desde el corazón hasta su mente.
Habrá momentos en que sientan que su ego rechaza cierta respuesta, pero tengan claro que su ego los puede desviar de su camino, pues el ego es mal consejero en los asuntos del corazón. En vez, si su vida la ponen en manos de su corazón, recibirán las respuestas y soluciones en él y no desde el ego.
Cuando rezan pidiendo una solución o ayuda para resolver algún problema, esa también es una forma de pedir ayuda a su Yo Superior, sólo que en estos casos ocurre que piden ayuda para solucionar un problema a alguna imagen de un santo ó una virgen.
La intención es buena y generalmente los resultados también lo son, sólo que ahí no hay un acto consciente de unificarse ustedes con la imagen ó el Ser al que le pidieron ayuda.
Los milagros son vistos como un acto mágico, pero los milagros que esperan no dependen del santo ó la virgen, dependen de las circunstancias y desde dónde se haga la petición.
Muchas veces piensan que su petición no ha sido escuchada. Lo que sucede es que no han comprendido que el resultado no ha sido el que buscaban muchas veces desde su ego, pensando que tenían razón y como no hay unificación entre ustedes y el santo o la virgen, pareciera que la solución viene de arriba, pero la verdad es que ustedes no se involucran energéticamente en la solución que debe llegar.
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